COMIENZA EL 2021

L´ITINERANTE.

Estás en tu casa, los ojos trémulos apuntan a ese reloj de manecillas que a paso lento, pero constante, va quitándole la vida al mentado 2020. Observas a tu derredor, ves a tu familia juguetear en sus dispositivos móviles, se escuchan risas y sonidos de aquella lozana vajilla que sólo en ocasiones especiales se posa sobre la maltrecha mesa. Conforme avanza el tiempo, la expectación la obtiene por completo una pantalla que anuncia con números digitales una cuenta regresiva que simula el lanzamiento de un cohete espacial, al unísono, un coro de voces repite con cada vez más entusiasmo la cuenta del diez al uno; al final, un grito de ¡Feliz año nuevo! Prorrumpe; todos estallan en alegría y cada quien abraza a la persona que cree más especial –o a la más cercana-, algunos otros gritan a su celular la misma frase, otros la digitan velozmente en diversas pantallas táctiles. Al tiempo exacto de la conclusión anual, y del inicio de “un nuevo ciclo”, un halo de luz invade aquella tu casa, una sinfonía angelical impacta los oídos de tu familia ante no poca perplejidad de todos los asistentes, se escucha el trinar de aves de perfecto plumaje que entran por la ventana esparciendo luz de color, irradiando una indescriptible paz en los tuyos, uno de esos bellos animalitos se posa sobre tu tía la gorda y le absorbe rápidamente todo ese tejido adiposo que tiene de más, ante las incrédulas miradas de todos, después, va y con un mágico ademán le quita el mal ceño a tu padre el siempre amargado, otorgándole una sonrisa jovial por nadie jamás vista, el ave continúa su recorrido triunfal y se posa sobre un cúmulo de infantes que con malicia pretendían hacer estallar sendos cohetones, llevándose todo rasgo de malignidad de aquel grupito, algún otro familiar devuelve con premura y vergüenza un teléfono de la novia de un invitado al convite, un sobrenatural sosiego llega a la garganta de aquel que problemas de alcoholismo tiene. Todos se miran sonrientes, al paso que alguien dice que chequen sus cuentas bancarias, que han tenido un inexplicable incremento; el goce es pleno en aquel día que se cae el vicio para desvelar la virtud.


Una punzada en la cabeza hace que levantes la mirada, caminas y avanzas sin seguir una línea recta, te observas al espejo y ves tu rostro y obtienes una imagen de ti con un ojo amoratado, el sabor rancio en la garganta, un picor en la nariz y un asco sin igual. Poco recuerdas de aquella batalla campal, pero tu cara lo atestigua todo, observas alrededor y parece un escenario de posguerra, platos rotos, cuadros desalineados y ese piso pegajoso, mas algunas personas cuchicheando espantadas. Te das cuenta que nada cambiará si tú no cambias, y que nadie cambiará, si ellos no cambian también…


Particularmente me agradan más aquellos inicios de ciclo que comienzan con la salida del sol por el horizonte, sin embargo, creo oportuno decir que si a tu alma revitaliza el cambio de año, se convierte pues, en un impulso noble y legítimo para crecer y mostrar esas cualidades muchas veces ocultas. La humanidad ha sido menguada de un tiempo a la fecha, el camino pareciera sinuoso, no obstante hoy tenemos un paso más adelante que ayer. Buen año 2021.

L´itinerante.

Autor: revistailpensiero

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