AVISO OPORTUNO DE AMOR Y DESAMOR. MISIÓN: SAN VALENTÍN.

¿Pensaron que se habían salvado de nosotros?… ¡Pues estamos de regreso! Les tenemos aún muchas historias (chismes) que contarles. Aunque déjame decirte que esta entrega es especial, porque ES EL MES DEL AMOR Y LA AMISTAD.

Para esta entrega hemos preparado algo diferente. En nombre del amor se han escrito millones de canciones, ahora, ¿te imaginas cuántas historias hay detrás de todas esas interpretaciones que fueron dedicadas a alguien?… ¡Pues bien! Hoy te contaremos algunas historias detrás de una canción romántica, espero que te gusten.

Antes de comenzar, te recuerdo que si tienes alguna historia de amor, desamor que quieras compartir, tenemos un espacio para ti. ¡Comenzamos!

1.- ¿DESTINO?

SI TÚ ME DICES VEN; Artista: Diego «El Cigala»; Con licencia cedida a YouTube por SME (en nombre de Sony Music Latin); LatinAutorPerf, UMPG Publishing, LatinAutor, LatinAutor – UMPG, Abramus Digital, UNIAO BRASILEIRA DE EDITORAS DE MUSICA – UBEM y 1 sociedades de derechos musicales.

En mi familia hay una canción emblemática que todos recordamos con melancolía y cariño, ya que es la canción de amor de mis abuelos.

Mi abuelo Ulises, en su juventud era trailero. En uno de sus tantos viajes, paró a descansar en una fonda que se encontraba en medio de la carretera. Según nos contaba, apenas entró al local, notó a una mujer hermosa que atendía a los comensales, fue amor a primera vista; el único pensamiento que atravesó en su mente, fue: «me tengo que casar con esa mujer«.

Él se sentó en la mesa más apartada, ella tomó su pedido y entre los dos hubo química al instante. Ambos coquetearon como si se conocieran de hace tiempo. En ese momento, en el radio sonó una canción: «Si tu me dices ven» misma que era interpretada por el trío «Los Panchos», ellos eran el grupo favorito de mi abuela. Ambos tortolitos, contaban que era como si esa canción fuera interpretada para ellos en ese instante, a los dos les quedó un recuerdo mágico de ello.

La primera vez que mi abuelo le llevó serenata a mi abuela, le cantó precisamente esa canción, conmovió tanto a mi abuela Jovita, que no tardaron tiempo en casarse. Así como ese, hubo diversos momentos en que ambos recordaban su amor con esa canción. A mi me tocó, que en un aniversario de bodas, mi abuelo tomará su guitarra y con el mayor sentimiento que se puede tener, le cantará a mi abuela su canción favorita, abrazándose y llorando al final. Mis abuelos ya fallecieron hace algunos años, quiero pensar que fueron felices juntos.

Pues bien, hace unos años, invité a salir a una chica de mi trabajo. Tenía tiempo queriendo hacerlo, pero no me atrevía porque soy penoso y la verdad tenía miedo al rechazo. Un día me regañé, sin pensarlo mucho, me animé; ella aceptó con una condición, que antes la acompañara a hacer unas compras.

Fue una primera cita un poco rara, parecía más bien una salida de amigos. Los dos nos la estábamos pasando bien. Después de hacer las compras que ella necesitaba, decidimos pasar a un café para tomar algo y platicar a gusto.

El lugar ya es algo viejo, pero es agradable y la comida es deliciosas. En cierto punto de la charla, le confesé abiertamente lo que sentía por ella. Ella me miraba atenta… más bien curiosa; yo estaba que me moría de nervios, cuando de pronto… de una vieja rockola que había en el fondo y de la cual no me había percatado de su existencia. Sonó la canción de los abuelos «Si tu me dices ven«, solamente que en un tono un poco más moderno. No sé si eso fue un mensaje divino, posiblemente fueron mis abuelos echándome porras o simplemente una coincidencia. Hubo un breve silencio, quedé pasmado, ella aprovechó la pausa para tararear la melodía, finalmente me dijo: «me encanta venir aquí porque seguido ponen canciones de Bebo y Cigala, de hecho, esa es una de mis canciones favoritas«.

Tal vez sea algo insignificante, pero ese día se volvió ciertamente mágico para mi. Quiero cerrar mi relato, diciéndoles, que esa chica, ahora es mi novia, llevamos cuatro años juntos y la amo con todo mi ser.

2.- MENSAJE RECIBIDO.

ALGO CONTIGO (Chico Novarro) Gravat en directe a casa de René Dossin, a Alcoi, el 19/2/2017, per al projecte SOM BOLERO. Eva Romero, veu Moisés Olcina, saxo Lucas Ibáñez, guitarra René Dossin, contrabaix Miquel Lluch, tumbadores

Creo que esta historia más que romántica, es ciertamente cómica. Hace tres años conocí a un chico en mi escuela, se llama Javier. No voy a mentir, no es guapo, pero tiene algo que atrae. Es una persona agradable, simpática, siempre sabe hacerme reír a carcajadas, por lo que rápidamente nos volvimos buenos amigos, casi confidentes.

Como siempre andábamos juntos, hubo quien me llegó a preguntar si había algo entre nosotros, pero siempre lo negué y era verdad. No había nada, lo veía solamente como mi mejor amigo. En ningún momento, de parte de los dos, se dio a entender algo más allá de una amistad. Hasta que una chica empezó a fijarse en él. De manera inexplicable brotaron mis celos y no entendía bien la razón. No le dije nada, solamente me dejé consumir por la amargura y melancolía al ver que me lo robaban, por lo que también me aleje de él.

Una noche salí con mis amigas a un bar con karaoke, ellas buscaban que de alguna manera me distrajera y dejara de pensar en Javier. Me emborraché como nunca lo había hecho en mi vida. Estando ebria, subí al escenario, donde me llevé una sorpresa tal, que sentí que se me bajó la borrachera. En una de las mesas del fondo estaba Javier con su «amiguita».

Posiblemente envalentonada por el alcohol, no tuve reparos en pedirle al mesero que me cambiara la canción, ya no interpretaría «Todos me miran de Gloria Trevi», ahora le dedicaría una canción a Javier, aún cuando estuviera acompañado, él tenía que escucharme.

Si me preguntas que sucedió, te diré que interpreté, con todo el corazón, la canción «Algo contigo» en donde le quise decir a Javier todo lo que sentía por él. así como que estaba perdidamente enamorada. Él se levantó de su mesa, aplaudió y fue a mi encuentro para decirme que sentía lo mismo, sin embargo…

Lo que realmente sucedió, es que estaba tan ebria que nunca pude coordinar la canción, pusieron una versión diferente de la melodía. Esperaba la canción de Vicentico y me pusieron un bolero, por lo que ahí estuvo el problema, bueno eso y que estuve por demás desafinada y varias veces lastimé al público, ya que grite de más al micrófono. El cierre de la canción fue épico, sobre todo porque vomité hacia la mesa que tenía enfrente, por lo que tuvieron que subir unos meseros a ayudarme.Para concluir, debo aclarar que no se encontraba Javier en el local, solamente se me figuró.

Así que a partir de ese día, prometí que no volvería a tomar por un hombre, pero sobre todo, que no volvería a interpretar esa canción estando borracha. Lo peor, es que Javier se enteró de todo, porque uno de sus amigos, era mesero en aquel bar. Finalmente el mensaje sí fue recibido, aunque no hubo la respuesta que esperaba, pero como decía la nana Goya: «¡pero esa… es otra historia!«.

3.- A MI ME GUSTA USTED Y SOLAMENTE USTED, ME GUSTA DEMASIADO.

Me gustas; Artista: Zenet; Álbum: El Nuevo Despertar de la Farándula Cósmica; Con licencia cedida a YouTube por INgrooves (en nombre de El Canijo de Jerez); LatinAutorPerf, LatinAutor – Warner Chappell, Muserk Rights Management, LatinAutor, UNIAO BRASILEIRA DE EDITORAS DE MUSICA – UBEM y 2 sociedades de derechos musicales

Todo inicio en un breve paseo por la calle de Donceles, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En mi recorrido pasé por una vieja librería, de aquellas que tienen apelmazados libros llenos de historias (escritas y propias). Lo que acaparó mi atención no fue propiamente la literatura, sino diversa obra de arte. Era el ser más hermoso que mis ojos han podido admirar en lo que llevo de corta vida. No pude dejar de admirarla, incluso olvidando que posiblemente podía ser señalado como un acosador. Sentí una extraña atracción con aquella mujer, algo similar a la que se tienen dos imanes. Ese impulso o fuerza invisible me hizo acercarme para preguntarle su nombre, pero al estar a escasos centímetros, la valentía se esfumó y salí rápidamente de la tienda.

Me sentí estúpido, era la primera vez que me pasaba algo así. No fui capaz de hablarle a esa chica, conocer su nombre, pedirle su número telefónico para enviarle un whatsapp o de menos, decirle ¡Hola, soy Fernando! Decepcionado, triste y cabizbajo, acudí a una vieja cafetería, en donde intenté buscar consuelo entre los aromas del café y del pan recién horneado. Aunque esta vez, ello no me ayudó a olvidar mi reacción tan infantil.

No todo fue reproches, ya que el recuerdo de su belleza inundó mi mente. Una canción invadió el local: «Me gustas» de un cantante que me era desconocido. La melodía era una mezcla de bolero y balada romántica, aderezado con un toque cubano. No sé bien porqué, pero sentí que aquellos acordes estaban describiendo lo que sentía en ese momento, lo que debí haberle dicho a esa jovencita. Ese ritmo, de alguna manera me ayudó a decidirme, a tomar mis cosas y salir en su búsqueda; era casi un hecho que iba a hablarle. Todo ese esfuerzo se desvaneció al mirar mi reloj y darme cuenta que ya era tarde, seguramente la librería estaría cerrada para ese entonces.

Llegando a la casa busqué aquella canción, la agregué a mi playlist de Spotify, por lo que la escuché hasta el cansancio. Al día siguiente, lo primero que hice saliendo de la escuela, fue acudir a aquella librería. Me propuse que no saldría de aquel establecimiento, hasta que no conociera, cuando menos, el nombre de la chica. Me acerqué a donde ella se encontraba acomodando unos libros, pero me fue imposible hablarle, solamente fingí buscar algún libro. Intenté dos veces acercarme, pero siempre era lo mismo.

Me sentía un poco frustrado por la situación, por un instante se me ocurrió que necesitaba un poco de inspiración, así que me puse los audífonos y empecé a tararear aquella canción que me conquistó el día anterior. No sé si les ha pasado, pero sentí que me perdí con la melodía, hasta que alguien me tocó el hombro, voltee algo asustado, era la hermosa chica, me preguntó: «¿Esa canción que tarareas es: me gustas del cantante Zenet?» estaba tan nervioso que solamente asentí con la cabeza, ella sonrió y me dijo «Es mi canción favorita«.

De forma poco ortodoxa es que empecé a charlar con aquella hermosa mujer, su nombre… «Marlene». Si piensan que las cosas mejoraron, no, los nervios hicieron de las suyas y al despedirme, de forma extraña le regalé un libro y me fui sin decirle más. Afortunadamente después las cosas mejoraron, lo interesante de esto es que gracias a una canción, pude charlar con la chica de mis sueños.

4.- UNA CANCIÓN PUEDE HACERTE LA NOCHE.

TRES PALABRAS; Artista: Omara Portuondo; Álbum: MediaMuv Discos; Compositores: Osvaldo Farrés; Con licencia cedida a YouTube por SME, MediaMuv (en nombre de Intermedio Discos); CMRRA, LatinAutor – PeerMusic, BMI – Broadcast Music Inc., UNIAO BRASILEIRA DE EDITORAS DE MUSICA – UBEM, LatinAutor, LatinAutorPerf, EMI Music Publishing, Peermusic y 9 sociedades de derechos musicales

La chica que me gusta, finalmente aceptó salir a tomar café conmigo. No tienes idea de cuanto tiempo tardé intentando planear las cosas para que todo fuera perfecto. No es que sea una persona con trastorno obsesivo compulsivo, simplemente quería que todo funcionara de maravilla, necesitaba sorprenderla para que de cierta forma, ella pensara que soy un buen partido.

Decidí que la invitaría al café más romántico que conozco en la zona. En caso de que las cosas no salieran bien, la segunda opción era ir a otra cafetería que queda un poco más lejos, pero es a donde siempre invitó a mis amigos. Había planeado lo que pediría: un café americano bien cargado y una dona glaseada. Intentaba darle el mensaje: «soy un hombre maduro (por el café), pero a la vez guardo mi lado infantil (por la dona glaseada)«. Dentro de mis planes estaba que, mientras charlábamos, pasaría una señora vendiendo rosas y le compraría la más hermosa de todas, para regalársela a mi acompañante, un detalle que seguramente le robaría un suspiro o simplemente sería eso, un detalle. Finalmente, caminaríamos por las calles tomados de la mano, la dejaría en la puerta de su casa y nos daríamos un tierno beso de despedida… Nada de eso sucedió.

Ese día llegué tarde al punto de encuentro, una manifestación me impidió llegar a tiempo, por lo que desde ahí todo inicio mal. Le propuse ir a las cafeterías que había planeado, pero al acudir, ambos locales cerraron temprano. En la busqueda de un lugar decente para convivir, caminamos hasta tener los pies hinchados, todo estaba cerrado. Finalmente, ella propuso que fuéramos a un bar, por lo que terminamos en uno que desentonaba con mis verdaderos planes.

Casi no pudimos hablar por el alto volumen de la música, el servicio no fue del todo bueno y las bebidas… fue toda una decepción para ser una primera cita. Ella me pidió que nos fuéramos ya que se le hacía tarde, aunque en ese momento lo sentí como un pretexto para huir de aquel lugar. En el regreso no hubo caminata romántica donde iríamos tomados de la mano, en su lugar, hubo un silencio incómodo, como si ella intentará deshacerse de mi en cualquier instante.

Llegamos a la puerta de su casa y ella entró rápidamente. Mi última carta era declararle mi amor en ese lapso de la despedida pero tampoco sucedió. Por la noche me sentía fatal: derrotado, mejor dicho, humillado, me había costado tanto trabajo invitarla para que finalmente todo se hubiera ido al carajo.

Eran las diez de la noche, cuando un sonido me sacó de mi ensoñación. En el celular había una notificación, era un mensaje recibido por whatsapp. Pensé en ignorarlo, volver a dormir, pero en cuanto leí su nombre, no dude en abrirlo. No había nada escrito, solamente compartió un vídeo de la canción «Tres palabras» de Omara Portuondo. La canción lo decía todo, con eso ella hizo mi noche.

5.- ¿EL AMOR EN TIEMPOS DE CÓLERA?

Bonita; Artista: Los Choclok; Álbum: Sonido Místico; Con licencia cedida a YouTube por
AdRev for a 3rd Party (en nombre de Los Choclok) y 1 sociedades de derechos musicales

«Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido» Muchas veces escuché esa frase y nunca la comprendí o mejor dicho, nunca la viví para poderla entender. Como casi todas las tramas de las películas románticas: Conocí a una chica, ella se enamoró perdidamente de mi, sin embargo, no la valoré. Perdí a la chica, me di cuenta de mi error y arrepentido la fui a buscar. Finalmente, aquí viene el giro de tuerca en la historia, ella conoció a alguien más y la perdí.

No hay espacio suficiente para hablarles de todas las virtudes y lo maravillosa que es Pamela, creo que recapitulando, me siento miserable por haberla dejado ir. En una noche de copas con los amigos, escuche la canción «Bonita» de Los choclok, con cierta pena debo de decir que es la primera vez que una canción me hace llorar, afortunadamente estaba ebrio, por lo que no me dio tanta vergüenza con los amigos.

La rolita se me quedó prendida en la cabeza, al día siguiente decidí dedicársela a Pame. Creo que ella sintió lo mismo, pude percibir como ella también lloró al escucharla. Lo crean o no, a partir de ese día algo cambio en mi. Ahora buscó ser una mejor persona, me propuse esperar a Pamela, para que cuando sea el momento preciso, volverla a conquistar y esta vez no dejarla ir.

6.- BELLOS RECUERDOS.

Nunca vas a comprender; Artista: Rita Payés, Elisabeth Roma; Álbum: Nunca vas a comprender; Con licencia cedida a YouTube por DittoLtd (en nombre de Rita Payés)

¿Qué te esperas de una persona que dice saber lo que es el amor? Alguien que escribe su forma de sentirlo, siempre lleno de pasión y entrega. (tú me hablabas del amor, de eso tan bello… te faltó por demostrar que eras capaz de vivir aquello).

Parece extraño pero hay canciones que describen perfectamente lo que estás viviendo o sintiendo en determinado momento de tu vida. Ese es mi caso.

Desde que empecé con este juego llamado amor, me tocó perder. Siempre tuve la suerte de toparte con individuos que terminaron siendo unos patanes que finalmente destruyeron mi corazón. Seguramente estarás pensando que cada quien encuentra lo que busca o eso es lo que decía mi familia y algunos amigos. Para ellos, seguramente yo era la que los escogía así. Tal vez tenían algo de razón, por lo que decidí entregarle todo mi amor a la persona que debía, a mi misma. Empecé a valorarme, disfrutar de la vida, así como cumplir mis sueños.

En mi universidad se organizó una feria del libro. Asistí emocionada porque una de mis mayores pasiones es la lectura, en especial de poesía. En la feria había programado un evento que llamó mi atención. Lectura de poemas organizado por: «El club de los poetas bohemios enamorados«. Todos los artistas que se presentaron eran fantásticos, pero hubo uno que llamó mi atención. Sus escritos hablaban del amor en su forma más pura y sincera. El individuo era atractivo, pero cuando declamó sus poemas me enamoró por completo. Una vez terminado el evento, no perdí el tiempo y fui a pedirle su autógrafo, pero en cambio terminé con una cita.

Armando fue todo un caballero y eso me derretía, su zalamería me tenía entregada a él. Aunque si hay que señalar un defecto, es que sus versos no eran lo mismo que sus acciones reales, no era tan entregado, apasionado o cariñoso como en sus poemas, más bien, era ciertamente parco y seco. Los primeros meses de relación fueron buenos, tengo gratos recuerdos de esos momentos. No tengo duda en señalar que ha sido la relación más bonita que he tenido, sin embargo, toda historia tiene un final.

La monotonía fue invadiendo nuestra relación y lo que terminó de destrozarla fue su distanciamiento por culpa del trabajo. Él siempre le dio más importancia a sus eventos, escribir y andar de gira, que a nuestra relación, por lo que la llama del amor se fue consumiendo poco a poco.

Con la canción de «Nunca vas a comprender de Rita Payes» me acuerdo mucho de Armando, quien sin dudarlo, fue mi primer amor y no sé, tal vez algún día nos volvamos a ver.

7.- PARA CERRAR CON BROCHE DE ORO

UN RAMITO DE VIOLETAS; Artista: Sole Gimenez; Álbum: Un ramito de violetas; Compositores: Evangelina Sobredo; Con licencia cedida a YouTube por WMG (en nombre de WM Spain); LatinAutor – SonyATV, Sony ATV Publishing, SODRAC, LatinAutor, LatinAutorPerf, UNIAO BRASILEIRA DE EDITORAS DE MUSICA – UBEM y 2 sociedades de derechos musicales

Es un poco difícil para mi escribir esta historia porque los sentimientos aún están muy presentes, pero de alguna forma quiero pensar que será alguna clase de homenaje al amor que se tenían mis padres.

Siempre tuve el recuerdo de mi padre, como un hombre extremadamente serio, mi madre decía que no siempre fue así, fueron las preocupaciones quienes lo volvieron de esa forma. El dinero escaseaba en la casa y de alguna forma eso frustraba a mi padre quien siempre andaba de mal humor. Mi madre buscaba la forma de contentarlo, ya sea haciéndole su comida favorita o haciendo boberias para hacerlo reír. Mi padre odiaba la música de banda, mi madre, para hacerlo repelar, cantaba «Ramito de violetas» y le decía que bailaran, mi padre se molestaba pero finalmente cedía un poco, bailaba con mi mamá y ambos en cierta manera eran felices.

Un hermano de mi papá, preocupado por nuestra situación económica, le ofreció a mi padre llevarlo a trabajar a Estados Unidos, le envió un adelanto para sus gastos y un poco más para que no nos faltara algo. Mi padre no lo pensó dos veces y decidió partir al norte. Mi madre no recibió muy bien la noticia, sabía que eso nos iba a ayudar, pero no quería separarse de mi padre, aunque no había mucho que hacer, él ya había tomado una decisión.

A mis hermanos y a mí se nos ocurrió hacer una pequeña fiesta para despedir a mi padre, de alguna manera queríamos que la despedida fuera alegre, de cierta forma, hacerle saber nuestro cariño. La meta se cumplió, a pesar de que fue algo sencillo, nos la pasamos increíble, de hecho, es la primera vez que recuerdo haber visto a mi padre sonreír abiertamente, abrazarnos con gusto, pero sobre todo, bailar con mi madre como si fueran dos jóvenes enamorados.

No sé si fue coincidencia, pero al calor de las copas, recuerdo que la última canción que bailaron mis padres fue «Ramito de violetas» de Banda el Mexicano, todos los presentes reíamos con las ocurrencias de mi mamá y esa vez hasta mi padre estaba bromeando, fue uno de los días más felices de mi vida. Al otro día, mi padre partió para Estados Unidos, un día todo era risas y al otro llanto.

Creo que a mi padre le pegó duro la separación porque se volvió más cariñoso, hablaba diariamente a la casa para saber como estábamos, le escribía cartas a mi madre. Sí, cartas postales, las cuales tardaban una eternidad en llegar pero que mi madre las recibía con gran felicidad. Hubo un detalle con el cual se lució y nos dejó boquiabiertos. En la fecha de su aniversario de bodas, mi papá le envió a mi mamá flores, era un hermoso ramo de violetas (las favoritas de mi mamá). Aquello se volvió una tradición porque cada aniversario o cumpleaños de mi madre, llegaba a casa un repartidor con el ramo de flores.

Mi madre hubiera cambiado cada uno de esos bellos detalles por pasar un día con mi padre, pero a pesar de que era el deseo de ambos verse, siempre había algo que impedía a mi padre regresar. Finalmente, con los ahorros que teníamos, mi padre regresaría a México para poner un negocio y no tener que estar alejado más tiempo de nosotros. La navidad del 2020 sería especial porque la pasaríamos juntos, pero no contábamos con que el destino tenía otros planes. El coronavirus se apoderó del mundo y antes de que mi padre pudiera regresar, fue una de las tantas víctimas que cayeron por esta nueva enfermedad. Todos en casa quedamos devastados. No puedo describir el dolor que sintió mi madre, estaba completamente destrozada. a tal grado que pensamos que en cualquier momento se nos moriría de la tristeza, hasta que sucedió algo que la revitalizó.

El día siete de enero, recibimos una carta de mi padre, no era reciente, seguramente quedó rezagada por culpa del viejo sistema postal. Aunque llegó en el momento preciso, porque ese día hubiera sido el aniversario de boda de mis padres. Mi madre no quiso abrir la carta, de hecho estuvo a nada de romperla, pero se arrepintió. Llamaron a la puerta, era el repartidor quien entregó un ramo de violetas para mi madre, pensamos que se trataba de una broma de mal gusto, pero nos aclararon en la florería que el servicio estaba pagado desde hace algún tiempo atrás. Mi madre estaba a lagrima suelta cuando en la radio sonó una versión tipo bolero de «Un ramito de violetas», ella lo tomó como un mensaje, ella piensa que fue mi padre, diciéndole que aún estaba a nuestro lado.

Perdón amigos, pero estoy a lagrima suelta, no solamente por la última historia, sino por todas las historias que les presentamos el día de hoy. Díganos, ¿ustedes tiene alguna canción especial? En este número fueron canciones de amor, en el siguiente número, serán canciones de despecho, así que no se pierdan la segunda parte.

Recuerden que pueden enviarnos sus historias, mensajes, anécdotas, declaraciones de amor y más, al correo: revistailpensiero@gmail.com o también por este medio o en las redes sociales de su preferencia. Nos vemos en la siguiente edición, les deseamos los mejores deseos en el amorts.

Autor: revistailpensiero

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