LA GASTRONOMÍA ES UNA FORMA DE DIPLOMACIA.

La gastronomía es una forma de diplomacia», afirma muy seguro Guillaume Gómez, jefe de cocina del Elíseo, en París, parte de cuyo trabajo es intentar seducir a líderes extranjeros con las excelencias inabarcables de la cocina francesa.

Llegado a los fogones presidenciales en 1997 dentro de su servicio militar y jefe desde 2013, Gómez repasa su vida profesional, marcada por «el privilegio de servir a mi país a través de la gastronomía».

Gómez acaba de publicar su quinto libro, «En la mesa de los presidentes» en el que hace un repaso apasionado a menús y platos históricos servidos a líderes extranjeros y a toda la maquinaria que hace posible esos banquetes excepcionales.

Desde la cena de gala ofrecida por el presidente René Coty en 1957 a la reina Isabel de Inglaterra y el príncipe Felipe, hasta la que albergó a Donald y Melania Trump en 2018, pasando por la que De Gaulle organizó para John y Jackie Kennedy en 1961, el libro repasa más de cuarenta banquetes oficiales, de los que incluye el menú y al menos una receta completa.

Gracias a ello, podemos aspirar a intentar replicarlas y a disfrutar de la mesa como un jefe de Estado en una cena de gala. Gómez confiesa que el vínculo entre cocina y diplomacia no es nuevo, pues ya lo planteó Talleyrand, el famoso diplomático francés del siglo XIX: «Dadme buenos cocineros y os traeré buenos tratados».

El prefacio del libro incluye pequeños textos de los tres presidentes con los que Gómez ha comandado la cocina del Elíseo: Nicolas Sarkozy, François Hollande y Emmanuel Macron.

Hollande señala que «la mesa del presidente no puede ser normal. Debe transmitir la idea de excepción«. Y Gómez concurre: «La mesa del Elíseo quiere mostrar la excelencia de la cocina francesa«. Pero no solo por su técnica, sino por los agricultores, ganaderos y pescadores, por el «terroir» que origina productos excepcionales.

Y eso le coloca a él como uno de los grandes promotores del modelo: «Mi papel es ser el escaparate del producto francés«, asume orgulloso. Pero no son solo la comida o los vinos, es también la vajilla, la cristalería, la cubertería (de plata, por supuesto), la mantelería, la decoración de la mesa. «Todo el savoir faire» de las artes de la mesa «al servicio de la diplomacia«, recalca.

De padre español emigrado a Francia en la década de 1960, Gómez conoce y admira los productos españoles y viaja «con frecuencia» al país a visitar a sus amigos y familia (está casado con una hija de emigrantes españoles).

Aunque confiesa que le encanta la cocina española y los productos del cerdo pata negra, insiste en que no le corresponde mostrar los productos de otros países. Pone como ejemplo la famosa cena de 2014 con la reina Isabel y el príncipe Felipe, en la que se sirvió foie gras, uno de los productos icónicos de la gastronomía gala y que entonces estaba siendo muy criticado en el Reino Unido por sus métodos de producción.

«El foie gras es un elemento importante de nuestra cultura gastronómica. El Elíseo quería apoyar a los productores. Ahí te das cuenta del papel importante que puede tener la gastronomía en la diplomacia», explica.

A pesar de que es un testigo privilegiado, siempre se ha resistido a mencionar anécdotas, siquiera triviales, de las cenas de gala: «El lugar de un jefe de cocina no es contar lo que ocurre en la esfera privada del Elíseo«, asegura. Sí confiesa que a menudo le llaman para recibir las felicitaciones del invitado de honor.

Repasando los menús, Gómez ve una evolución, con una cocina más ligera (antes había 10 o 12 platos), pero también la transición a la estacionalidad y la cocina de proximidad, teniendo en cuenta el impacto ambiental y social, porque «la cocina es el reflejo de la sociedad de su época».

Pero las grandes cenas de gala no son el día a día de los 25 cocineros y ayudantes que integran la brigada de cocina del Elíseo. Es también alimentar al presidente y a su familia, así como a los trabajadores del complejo presidencial -unos 300 cubiertos al día- , con unos menús sencillos y nutritivos.

Este es el quinto libro de Gómez, y uno de los anteriores La cocina paso a paso, que fue elegido mejor libro de cocina francesa del mundo, acaba de ser publicado en España. Aclara que todos sus derechos de autor van a obras benéficas.

Luis Hernández /lui.hernandezgar@hotmail.com
























YURI DE GORTARI: EL CHARRO DE LA GASTRONOMÍA MEXICANA

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Con una prolífica trayectoria guiada por la pasión de preservar la cultura culinaria de la tierra que lo vio nacer, la creatividad del cocinero mexicano trascendió el tiempo y las fronteras.

Entre los recuerdos de infancia del maestro Yuri de Gortari Krauss, sobresale la ocasión en que entró a la cocina, entusiasmado por hacer una gelatina que ideó durante la noche; siempre orientado por su entrañable admiración por la gastronomía mexicana y el ímpetu por cocinar, que heredó de su abuela materna.

Un día comenzó a gestar la idea de prepararse profesional­mente como cocinero y emprender un negocio propio, algo que más tarde concretaría al lado de quien sería su inseparable compañero de travesías, el historiador gastronómico Edmundo Escamilla. Ambos crearon las tertulias históricas con degusta­ción.

La primera fue de cocina prehispánica, y así organizamos varias. Comenzamos a ahorrar para comprar utensilios. Luego abrimos el restaurante La Bombilla, en la colonia Roma”. Ahí, recuerda, fueron bien acogidas las charlas y los menús con la temática “Las bodas de mi pueblo” que abordaban hasta el mínimo detalle de las tradiciones en torno de estas celebraciones en diversas regiones del país. Este ejercicio derivó en “Los sabores de la historia”, enriquecido con música de cámara y personificaciones que, en conjunto con el Museo Nacional de Historia, tuvo como escenario el Castillo de Chapultepec durante una década; y en ciclos especiales en el Museo Franz Mayer.

Creo que no hay quien nos iguale en hacer conexiones inter­disciplinarias. Nos inspira saber que la comida está vinculada con todas las áreas del conocimiento y con todos los aspectos culturales”, argumentaba el maestro Yuri.

Por eso decidió viajar más por el país y el mundo para investigar, escribir y difundir la riqueza gastronómica nacional. En España, sobresale la cátedra que impartió en la Escuela de Hostelería Hofmann, en Barcelona, por invitación de la fundadora de la institución. En Italia, Austria y Viena, también dejó huellas importantes.

Estos itinerarios le develaron las expectativas del orbe respecto de la gastronomía mexicana y la necesidad de formar profesionales que respondieran a ese interés global. Con esa misión, hace 11 años Yuri y Edmundo fundaron la Escuela de Gastronomía Mexicana.

Un canal propio en YouTube y sus programas magistrales de tv son aspectos relevantes en la vida del coci­nero y académico, el maestro no solo fué un cocinero que dedicó su vida a la gastronomía mexicana, nos dejó como herencia su labor de enseñanza para hacer trascender entre los jóvenes el valor de las raíces, de su cocina y el ánimo para crear experiencias de sabor e historia.

Luis Hernández García/ luis.hernandezgar@hotmail.com

GASTRONOMÍA SOSTENIBLE

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La pandemia del coronavirus es la mayor crisis sanitaria que hemos vivido en nuestra historia reciente. Una situación de tal magnitud que nos ha hecho replantearnos el mundo tal y como lo conocemos. En las últimas semanas se ha producido un cambio de mentalidad en la población. Y uno de los aspectos más conmovedores de este cambio es el sentimiento de solidaridad que se ha despertado, especialmente en la gastronomía.

La sociedad se ha movilizado para hacer llegar comida a quienes más lo necesitan. Porque lo fundamental, lo más básico, es asegurar que todas las personas reciben una alimentación adecuada. Precisamente por eso, no hay que olvidar que es importante, también, garantizar la alimentación en el futuro, la nuestra y la de nuestros hijos. Y para ello tenemos que poner todos nuestros esfuerzos en proteger el medio ambiente y continuar defendiendo los valores de una alimentación sostenible.

La reconversión de la gastronomía

Sin duda, asegurar la alimentación de la población actual debe ser nuestra prioridad. Pero es preciso, al mismo tiempo, adoptar nuevos modelos de producción y consumo que nos permitan seguir alimentando a las actuales generaciones, sin comprometer la salud de la tierra y del mar.

Creo que después de la pandemia surgirá una gastronomía reconvertida, una en la que, tanto productores como consumidores, tendrán más en cuenta todos aquellos aspectos que afectan al medio ambiente. Los alimentos de proximidad, los productos artesanales, las producciones ecológicas; van a primar aquellas prácticas que permitan mantener la capacidad de abastecimiento del planeta para evitar que los recursos naturales se agoten.

De la producción alimentaria al consumidor

Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, de Naciones Unidas, desde la gastronomía se puede contribuir a crear un mundo más sostenible en cuatro niveles diferentes. Por un lado tratando de cultivar la tierra, de criar a la ganadería y de explotar los recursos del mar, de la forma más natural posible y menos agresiva con el medio ambiente. En la industria alimentaria y en la distribución de alimentos y bebidas se deben adoptar medidas para reducir la contaminación atmosférica, de las aguas y de la tierra.

Es fundamental el compromiso por parte de los chefs, de los restaurantes y servicios de comidas por emplear, cada vez más, productos de proximidad, artesanales y ecológicos. Y junto a ese esfuerzo realizado en toda la cadena alimentaria, los consumidores podemos contribuir adaptando nuestra dieta, si optamos por aquellos alimentos y bebidas menos contaminantes y que se hayan producido, transformado o distribuido mediante prácticas ecológicas.

El aspecto satisfactorio

Hay que tener en cuenta que todo lo dicho hasta ahora, no está reñido con el aspecto satisfactorio de la comida. Precisamente, son los alimentos y bebidas de cercanía, los de temporada y aquellos que se han producido de una manera natural y artesanal, los que mejor conservan sus cualidades organolépticas.
Por tanto, defendamos las prácticas ecológicas y sostenibles para proteger el medio ambiente, pero también para mejorar la calidad de los productos que consumimos.

Compromiso de todos

La conclusión a la que podemos llegar es que, para alcanzar un modelo de alimentación sostenible, cada uno de nosotros tiene que contribuir desde nuestras posibilidades. Agricultores, ganaderos y pescadores, así como la industria y la distribución, adoptando medidas más respetuosas con el medio ambiente; los profesionales y empresas de restauración, utilizando productos más sostenibles; y los consumidores, ejerciendo un consumo responsable.
Si hacemos un esfuerzo colectivo podremos avanzar hacia una alimentación más sostenible.

Luis Hernández García/ luis.hernandezgar@hotmail.com

DÍA DE MUERTOS

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La comida es identidad. Esto se pone de manifiesto en nuestros actos cotidianos relacionados con la alimentación, y evidentemente, cobra un simbolismo especial en este Día de Muertos.

Los seres humanos funcionamos por símbolos. Ésta es la forma en la que tenemos referentes para movernos por el mundo. Los símbolos en el contexto de actividades rituales como la celebración del Día de Muertos no permanecen estáticos, sino que son cambiantes en el tiempo. De esta forma, aunque no lo creamos o no lo podamos ver en nuestro período de vida, las tradiciones son cambiantes: retoman elementos, quitan otros, los acomodan… incluyendo, claro, el festejo del Día de Muertos.

Uno de los elementos que permanece en la fiesta de los muertos es la presencia de comida. Y en este sentido, también han existido cambios alrededor de ella. La comida dispuesta en el altar que representa las preferencias del difunto sigue ahí, porque en el fondo, la comida nos define. ¿Se ha puesto a pensar qué comida o qué platillos son los que le gustaría tener en su altar? De los tacos al mole con pollo y arroz, seguramente los platillos preferidos de muchos de nosotros incluirían elementos, preparaciones, ingredientes o platillos enteros que remiten a otras culturas y otras latitudes. Para algunos puristas, un plato de sushi en el altar de muertos podría significar una afrenta a la tradición. Sin embargo, esto no es más que un signo de los tiempos, en los que probablemente nuestros abuelos nunca probaron el sushi, pero a partir de los cambios geopolíticos y económicos en el mundo, es parte del repertorio culinario de muchos mexicanos que por preferirlo, no dejan de serlo.

El cambio de los elementos que conforman una tradición está determinado por las condiciones socio-históricas de una época. Si pudiéramos viajar en el tiempo a la época colonial, tal vez seríamos capaces de reconocer por ciertos elementos que lo que se está festejando es un Día de Muertos. Pero es también altamente probable que no reconozcamos algunos de los pequeños elementos que conformen la celebración de aquellos tiempos.

Por poner un ejemplo, hasta hace no más de 30 años, los panes de muerto que se hacían en México no tenían rellenos de crema pastelera, ni de crema de avellanas —la cual es de origen italiano como alimento de la posguerra— y mucho menos chocolate o crema de té matcha. Incluso desde el mes de agosto, es posible ya encontrar estos panes. Y más que escandalizarse por estos cambios o volverse puristas, el hecho es que existen en el mercado porque hay una demanda que incluye la articulación de la innovación con la tradición, pero también la individualización del pan a modo que a cada quien guste y convenga. Y este proceso de individualización no es solamente en el sentido de las preferencias alimentarias, sino que es un macroproceso que se viene gestando desde hace ya algunos años en muchos más aspectos de la vida social.

El desfile de catrinas con sus respectivos disfraces —el hecho de disfrazarse trae inspiración del Halloween—, la escenificación del Día de Muertos hacia la mirada del extranjero y la exportación de esta tradición despiertan sin duda muchos intereses. Que uno de los estudios más grandes de animación dedique una película con inspiración de esta tradición no es casualidad. Nos guste o no, son los signos de los tiempos en los que algunas tradiciones se escenifican de manera folclorista para ser exportables y, en algunos casos, incluso redituables.

Luis Hernández García /luis.hernandezgar@hotmail.com

UNBOXING GASTRONÓMICO

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Según Wikipedia, unboxing es una palabra inglesa que define el desempaquetado de productos, especialmente de consumo de alta tecnología, donde el proceso se graba y se sube a Internet. El artículo se explica en detalle y, a veces, también se puede demostrar. Parece que este arte de sacar cosas de cajas delante de una cámara nació en el año 2006 con el desempaquetado de un teléfono.

Esta costumbre de mostrar el desembalado de productos, se ha diversificado en los últimos años de una forma increíble, con todo tipo de artilugios, desde maquillajes, ropa, electrodomésticos, colecciones, hasta juguetes y un sinfín de artículos variopintos. Por supuesto, viralizado por las redes sociales, muy especialmente Youtube.

Pero nunca había tenido una relación demasiado estrecha con los restaurantes o la gastronomía, aunque esto parece que comienza a cambiar, y en esta era donde la digitalización de la gastronomía se está acelerando de una forma multiplicativa, estamos asistiendo con cierta frecuencia a la incorporación de términos digitales que hasta ahora habían pasado desapercibidos para el sector o por lo menos no eran frecuentes. La inclusión de una buena parte del sector de la hostelería, y en especial de los de los grandes chef en el delivery o la comida a domicilio, ha generando un acelerado proceso de innovación muy curioso que consiste en trasladar alguna de las excelencias y emociones que los clientes disfrutan en la sala del restaurante, al salón de sus casas, y parece, que el unboxing adquiere importancia en ese momento mágico.

Cajas, bolsas o paquetes, se han convertido en el emplatado de las nuevas bandejas de esos Camareros de Exterior, que esconden, además de un atractiva propuesta gastronómica, sorpresas, expectativas e incluso emociones, que son capaces de cautivar a clientes que hasta hace muy pocos días solo se daban en el espacio presencial de los restaurantes. Y que estos últimos, se encargan de trasladar a las redes sociales en forma de «propinas digitales».

Y es que, en eso consiste la nueva hostelería, trasladar elementos que son intrínsecos y propios de las experiencias en el restaurante, a los espacios y contextos que el cliente elige gracias a la tecnología que dispone. La hostelería, los restaurante y los chefs están trabajando en “modo delivery”, pensando y repensando cuales son los puntos claves en la nueva relación con sus clientes y diferenciarse, no solo en el producto o en propuesta gastronómica, sino también en el nuevo servicio al comensal.

Términos como unboxing, geolocalización, usabilidad, smart data, que durante estas últimas semanas no paro de escuchar, hoy ya forman parte de la jerga gastronómica de restaurantes y clientes.

Algunos chefs, como es el caso de David Muñoz con El Goxo, generan una enorme expectativa a través de la redes sociales, preparando y explicando el producto que posteriormente sus clientes van a degustar en sus casas, a modo de los videos y tutoriales “Howto” que inundan las redes sociales.

Otros, como la versión delivery de Coque, CoquettoGO, con esos camareros de exterior transportando esas cajas listas para degustar el mejor producto. Suponen una gran tentación para compartir un auténtico unboxing gastronómico en tu red social favorita.

Esta herramienta será vital en la estrategia y el posicionamiento de este nuevo mercado digital, donde no tardaremos mucho en ver cientos de influencers especializados en diferentes temáticas viralizando esos desempaquetados gastronómicos, de los restaurantes más selectos de su ciudad a través de sus canales de Youtube o Instagram.

La duda que surge, es si con esta aceleración en la innovación y con la suma del conocimiento compartido de miles de mentes buscando esa nueva excelencia, la experiencia trasladada a los hogares, llegará a igualar o superar, la experiencia presencial, como ya parece que esta sucediendo en algunos otros sectores, como el de la moda. Los restaurantes se están autogenerando una competencia nueva a lo que fué su servicio tradicional, en un contexto absolutamente favorable para esta nueva opción que sin limitaciones crece viralmente tan rápido como el propio virus que la aceleró.

Quizás los selfies de los restaurantes, han pasado a convertirse en el unboxing de los hogares. ¡Buen provecho!

Luis Hernández García/luis.hernandezgar@hotmail.com

GASTRONOMÍA Y MODA: GUCCI OSTERIA

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Las tendencias lo dejan claro: gastronomía y moda están destinadas a entenderse. Y ambos mundos están encantados. Lo prueban el nuevo restaurante que Louis Vuitton abrirá en Osaka, el Prada’s Bar Luce y los Blue Coffee de la firma de joyería Tiffany´s. Antes de ello, exploraron la alianza la firma Gucci y el chef Massimo Bottura en Florencia, una colaboración que da un paso más con la apertura de un nuevo restaurante en Beverly Hills.

Gucci Osteria será el primer establecimiento del premiado cocinero fuera de Europa y coronará la flamate flagship store que la marca italiana tiene en Rodeo Drive, la meca de las compras más lujosas en Los Ángeles.

Inaugurado el pasado 17 de febrero, el restaurante cuenta con 50 mesas y una exquisita terraza con vistas a Rodeo Drive, además del talento del chef Mattia Agazzi en los fogones. Tanto Massimo Bottura como Karime López, la cocinera a cargo de Gucci Garden, el restaurante en Florencia que inició la relación con la firma de moda, prepararon junto a Agazzi la apertura.

Gucci osteria en la flasgship store de la firma

Cabe destacar que López es la primera cocinera mexicana en recibir una estrella Michelin, justamente por su trabajo al frente de Gucci Garden. Bottura, por su parte, atesora tres galardones de la guía roja en la Osteria Francescana, el restaurante que posee en Módena, que fue escogido en 2016 y 2018 como el Mejor Restaurante del Mundo según The World’s 50 Best Restaurants Awards.

Precisamente esta ciudad representa el nexo de unión entre Bottura y Gucci: el CEO de la firma, Marco Bizzarri, es también de la localidad y ambos guardan amistad desde la infancia. Al cocinero recurrió Gucci cuando hace dos años, empeñado en darle una nueva vida al Palazzo della Mercanzia, decidió abrir un restaurante.

En su debut en Los Ángeles, actual punto neurálgico de la creatividad, según el chef, que llega a compararla con la Florencia del Renacimiento, en una suerte de “Renacimiento 2.0”, Bottura ha planeado una propuesta gastronómica que bebe de influencias de todo el mundo, con un carácter decididamente californiano.

No faltarán, de todos modos, los platos clásicos del restaurante florentino, como los tortellini con salsa de parmigiano reggiano, risotto de pizza o la hamburguesa Emilia.

Convivirán con platos que tienen como sello los productos orgánicos de proximidad, en una propuesta “donde las verduras serán tan importantes como el caviar más preciado”.

Como lugar que apostará por la experimentación, en línea con las tendencias de todo tipo que bullen en Los Ángeles, Gucci Osteria mezclará en un original cóctel moda, música y arte. Se plasma ya en su decoración, con baquetas de terciopelo de color cereza, mármoles italianos en los suelos o espejos de marcos dorados de latón.

Un viejo púlpito de madera reconvertido en barra convive con sillas de mimbre de aspecto relajado, creando un combo que adorarán los interesados en el interiorismo y en el que se involucró, incluso el director creativo de la marca y responsable de la imagen de marca global, Alessandro Michele.

Luis Hernández /luis.hernandezgar@hotmail.com

Casa cacao, lujo con el sello de los Roca.

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Cuando hablamos de gastronomía indudablemente uno de los apellidos con más peso y tradición es el de los Roca, tres hermanos virtuosos en su ramo que han llevado la restaurantería a otro nivel, Jordi Roca, el genio detrás de los postres de El Celler de Can Roca y Anna Payet, esposa de Joan, y una parte fundamental en este universo gastronómico, después de cuatro años de planeación, sorprenden al mundo con Casa Cacao, un hotel boutique, chocolatería y tienda que pretende poner aún mas en la cima a Gerona, ciudad en la cuál está ubicado.

Payet es una profesional de la hospitalidad ha hecho carrera en la docencia, y dirige el hotel. «Abrir Casa Cacao era un tema pendiente para mí; desde pequeña me apasiona atender bien a la gente, cuidarla; con este proyecto, por fin, hago realidad uno de mis sueños profesionales», confiesa. «Tengo 53 años, mis hijos han crecido, tengo la teoría, la experiencia y toda la energía», agrega.

El edificio en el que se encuentra es un lugar que estuvo abandonado por muchos años, tiene cuatro plantas, actualmente cuenta con 15 habitaciones de lujo, una fábrica de chocolate, una tienda y una chocolatería, aunque faltan muchas reformas, el hotel ya tiene huéspedes y la cafetería está a reventar desde que abrieron.

Cuando los pájaros comienzan a volar, van aprendiendo las vicisitudes del vuelo. Así han sido estos primeros días en el hotel. Al salir la tarta del horno, cuando los sueños toman forma, se puede saber si hay que echar más o menos azúcar a la receta. Con respecto al azúcar, uno de los demonios de la actualidad, Jordi, que siempre ha reivindicado los postres como el último plato que se come y el que más se recuerda de una comida gloriosa, explica que, a pesar de la mala prensa que tienen hoy en día los edulcorantes, «cargamos con mucho estrés, debemos permitirnos, aunque sea, un espacio para una indulgencia, para una alegría». En Casa Cacao, sobran las indulgencias, pueden pedirse en forma de bombón de chocolate, elaborado con cacao con trazabilidad, mojado en una taza de chocolate, que sale de un tirador, como de ensueño; o, al recostar la cabeza en una de sus almohadas de pluma de oca. Para los no chocolateros o diabéticos, aunque el nombre anuncie lo contrario, hay también alternativas: cafés, infusiones, pastas y más. Definitivamente el lema de Casa cacao es: Familia, celebración y amor ¡A volar!.

Luis Hernández / luis.hernandezgar@hotmail.com

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Desde que se creó la palabra gastronomía, en el Siglo XIX, han nacido de ella nuevos conceptos, como: Gastrónomo (experto en la buena mesa), Gastronomía (obsesión por los placeres del buen comer), Gastronomía, palabra inventada por el Príncipe de la Gastronomía, Curnonsky; aquel que une al placer
del viaje con el descubrimiento de nuevos platos, Gastronauta (gastrónomo explorador), Gastrósofo (persona prudente, con alto refinamiento a la hora de seleccionar manjares y bebidas) y por último se tiene el término Gastrotecnia (la
ciencia de la buena cocina).

El término de Gastronomía es el más empleado y conocido mundialmente
para definir el arte de preparar una buena comida, así que, partiendo de esta premisa, te invito a que descubramos este mundo lleno de contrastes, sabores y delicias.

Mi nombre es Luis Hernández, Gastrónomo egresado de la Universidad del Claustro de Sor Juana, pero refirámonos en terminos gastrónomicos a quien soy, un viajero de aventuras que busca dentro de los fogones esa emoción que solo una buena comida te puede ofrecer, esa adrenalina encontrada en cada especia, y ese carácter que solo una cocina te forma.

Quiero que seas testigo de este camino y que juntos descubramos todo lo que la gastronomía guarda dentro de este mundo paralelo al de los mortales, mi alma mater me enseñó que no solo se trata de cocinar, es acerca de pasión, entrega, humanidad, hambre de investigación, de comerse al mundo casi de una manera literal, es por eso que quiero que entres en un mundo casi inexplorado, donde la creatividad será nuestro transporte y donde hablaremos por esas personas que están dentro de las sombras pero que su lenguaje es el mas hermoso e importante: El de la comida.

Nuestro viaje empieza aquí, pero te advierto, se vienen muchas curvas, manos dentro del carro, porque quien no se agarre, se cae, lentamente sentirás mi presencia, y cuando estemos a medio viaje, me pedirás amablemente que no me detenga, y créeme, no voy a hacerlo, la próxima vez que nos leamos tendrás tanta hambre que no sabrás como saciarla.

Luis Herández García

luis.hernandezgar@hotmail.com

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